Dermatosis: detrás de las vacas muertas, “el trabajo de varias vidas”

Anoche nació un ternero. El pequeño bovino, de color marrón claro, apenas se mantiene en pie y pasta tranquilamente junto a su madre con manchas blancas bajo un cielo soleado. Normalmente, la decena de ganaderos que llevan cinco días acampando en la granja Mésange bleue, en las alturas de Rumilly (Alta Saboya), se habrían alegrado con el acontecimiento. Pero con la epidemia de dermatosis nodular contagiosa (LSD) que azota la región, la noticia desmoraliza aún más a los activistas en ciernes. Fanny Métrat, ganadera de ovejas de Ardèche y portavoz de la Confédération paysanne (Confederación de Campesinos), lo ve desde la distancia: «Morirá, como su madre. El símbolo de una vida destruida por nada».
Si las tierras de los propietarios de las granjas, Laurence Lacrouts-Cazenave y André Roupioz —quienes prefirieron no hacer declaraciones— han estado ocupadas durante cinco días, es a causa del DNC. Esta enfermedad extremadamente viral en las vacas se detectó por primera vez en suelo francés el 29 de junio y afecta a 27 brotes en 17 granjas diferentes, todas en Saboya y Alta Saboya.
Libération